jueves, 10 de diciembre de 2009

Wittgenstein y “los juegos del lenguaje”

Wittgenstein ha insistido, con su concepto de "juego de lenguaje", en que debemos ver al lenguaje como una actividad humana inmersa en un sistema de prácticas, las cuales constituyen lo que denominó una "forma de vida". Wittgenstein ha puesto énfasis en el carácter regulado de esta actividad, sosteniendo por un lado que hay reglas que rigen nuestras prácticas, pero señalando por el otro que estas reglas están sustentadas por las prácticas mismas, por lo cual, no tiene sentido hablar de una regla sin referirnos a su aplicación.

En las Investigaciones Filosóficas los "juegos de lenguaje" se definen como conjuntos de prácticas lingüísticas y no lingüísticas regidas por reglas. Pero entonces ¿qué es una regla?, ¿dónde se funda?, ¿cómo podemos seguir una regla? La respuesta es la siguiente: seguir una regla es una actividad que nos remite a un uso estable, una costumbre. De modo que la regla no es ningún tipo de objeto físico o mental. Por otro lado, carece de sentido preguntar por el fundamento de la regla porque todo uso significativo del lenguaje presupone que se esté siguiendo una regla.

Con el concepto de "juego de lenguaje" Wittgenstein ha querido poner en relieve que el lenguaje es una práctica humana, la cual se encuentra inmersa en las demás prácticas que constituyen la complicada forma de vida humana. Así, Wittgenstein define "juego de lenguaje" como el "todo formado por el lenguaje y las acciones con las que está entretejido". (IF I, § 7)

Además, al hablar de "juegos de lenguaje" (en lugar de "el lenguaje") se pone de manifiesto que con "lenguaje" denominamos a una multiplicidad de eventos: ¿Pero cuántos géneros de oraciones hay? ¿Acaso aserción pregunta y orden? Hay innumerables géneros: innumerables géneros diferentes de empleos de todo lo que llamamos "signos", "palabras", "oraciones". Y esta multiplicidad no es algo fijo, dado de una vez por todas; sino que nuevos tipos de lenguaje, nuevos juegos de lenguaje, como podemos decir, nacen y otros envejecen y se olvidan. (IF I, § 23)

Ahora bien, siendo que hay tantos tipos de "juegos de lenguaje", y que son tan heterogéneos, surge la pregunta de qué es lo que hace que todos pertenezcan a lo que denominamos lenguaje, o en otros términos, ¿qué es lo esencial a los "juegos de lenguaje"? La respuesta sorprendente es que no hay nada absoluto en común a todos los fenómenos que llamamos lenguaje. Esto no implica que la palabra "lenguaje" tenga una infinidad de significados, sino que designa a una familia de fenómenos, los cuales están emparentados entre sí de muy diversas maneras (cf. IF I, § 65).

Para aclarar este punto, Wittgenstein vuelve a la analogía con los juegos. Y nos pregunta: ¿Qué características comunes presentan los juegos de tablero, los juegos de cartas, los juegos de pelota, etcétera, que hace que los llamemos a todos "juegos"? Pues resulta que si miramos atentamente nos daremos cuenta de que en realidad no hay nada que sea común a todos estos juegos. Lo que encontramos son grandes semejanzas entre, por ejemplo, los distintos juegos de tablero, que a su vez, pueden presentar muchos parecidos con algunos juegos de cartas, etcétera. Pero no hay una característica que se mantenga en todos los tipos de juegos: "Vemos una complicada red de parecidos que se superponen y entrecruzan. Parecidos a gran escala y de detalle". (IF I, § 66).

En conclusión, no hay algo que constituya la esencia del lenguaje, no hay algo en absoluto común a todos los "juegos de lenguaje". Se presentan en cambio parecidos de familia entre los diversos "juegos de lenguaje". Esto quiere decir que hay características comunes a diversos "juegos de lenguaje", pero no hay características comunes a todos los "juegos de lenguaje". El concepto de "parecidos de familia" alude a una comparación con las semejanzas que encontramos entre los miembros de una familia: unos son semejantes en cuanto al color de su cabello, otros en cuanto a sus facciones, su estatura, su carácter, etcétera. Pero estos rasgos comunes no son compartidos de igual forma por todos los miembros de la familia. Los parecidos de familia no se dan únicamente entre los "juegos de lenguaje": lo mismo sucede con los significados de las palabras.

Es conocida la tesis wittgensteiniana de que el significado de una palabra no es otra cosa que su uso. Esto quiere decir que el significado no es ningún tipo de entidad que va adosada a la palabra. No es el objeto referido por la palabra, ni algún tipo de estado mental (psicológico) que acompaña de algún modo a la emisión de la palabra, y que es de acceso exclusivo al hablante. El concepto de "uso" no debe entenderse como relacionado a "utilidad" sino más bien a "utilización". "El significado de una palabra es su uso" quiere decir que el significado de una palabra es el lugar que ésta ocupa (el rol que juega) en el "juego de lenguaje" en que es utilizada. Aquí puede observarse que la noción de "juegos de lenguaje" está íntimamente ligada a la de "significado como uso".

Wittgenstein sostiene una concepción holista respecto del lenguaje y los significados, ya que los significados de nuestras emisiones dependen de su interrelación con los demás componentes del juego de lenguaje al que éstas pertenecen y que constituyen el contexto de uso de las palabras. Este contexto de uso está formado tanto por las demás emisiones lingüísticas como por los eventos o acciones no lingüísticas que están relacionadas con estas emisiones, y que de este modo también forman parte del juego de lenguaje (aclarando que la distinción entre lo lingüístico y lo no lingüístico es borrosa y que hay un continuo de casos intermedios).
Wittgenstein, L. Investigaciones Filosóficas, UNAM, México, 1988.

Fausto D. Sandoval

Trabajo 3

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