jueves, 10 de diciembre de 2009

Ramiro Cotarelo Lira


Octavo Post
Eros en la figura del Fausto



Es posible pensar en Eros de tres formas distintas: primero, como principio de posibilidad para acceder a realidades suprasensibles; segundo, un Eros que se satisface en sí mismo; y como impulso mecánico (satisfacción sexual). Tomo en cuenta principalmente el primero y el tercero para decir que estos impulsos eróticos están a la base de las actividades humanas dotando de ímpetu vital. Y la imposibilidad de satisfacer (completar) el impulso erótico crea una frustración en el hombre. En el Fausto se nos presenta un personaje ávido de conocer y experimentar todo aquello que no ha logrado alcanzar mediante los estudios académicos. Creo que hay un fuerte impulso erótico de fondo que mueve a Fausto a llevar sus estudios a la magia, área del conocimiento en la que no estaba especializado. Es este mismo impulso erótico el que llevó a Fausto a estudiar filosofía y teología en su momento, pero al estar consciente de no estar satisfecho decide explorar en las ciencias ocultas. Mefistófeles es el intermediario (vínculo) que permite a Fausto traspasar su condición previa, otorgándole poderes mágicos. Aunque parece que la satisfacción erótica que alcanza Fausto es sólo una ilusión aparente.


La figura de Fausto es ese trasgresor que da rienda suelta a su impulso erótico que estuvo reprimido por la tradición de su tiempo. En la historia de Marlowe como en el Anónimo (del siglo XVI), Fausto termina condenado, a merced de los espíritus diabólicos. Tal como lo exige la tradición Fausto debía sufrir por permitir que sus impulsos eróticos se apoderen por completo de él, sin embargo, queda plasmado ese fuerte deseo por el conocimiento al igual que por la lujuria. Tanto el viaje por las esferas del espacio como el revolcarse con íncubos diabólicos son manifestaciones de Eros. Pienso en Giordano Bruno, donde la imaginación es el vínculo que permite visualizar lo que está más allá de lo evidente, y cuya concepción del universo como infinito lo lleva a buscar a Dios en la naturaleza. De la misma forma creo que Fausto es un personaje que siguió su naturaleza más intrínseca, la erótica. El practicar la magia es lo que permite a Fausto satisfacer su erotismo.

Sé que este escrito podría llamar la atención el pensar que quiero reducir a la figura de Fausto a un impulso erótico, pero no es así. Lo que busco señalar es como pensar que funciona el erotismo en la figura fáustica. Finalmente es sólo una idea fugaz que quise compartir con ustedes.

-Ramiro-

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