jueves, 10 de diciembre de 2009

Ramiro Cotarelo Lira



Tercer Post
Freud; Recordar, repetir y reelaborar: Manipulación del sintagma




Primero, revisemos la teoría freudiana en su texto Recordar, repetir y reelaborar; después preguntemos ¿es una manipulación del sintagma lo que se nos propone en la teoría de Freud? Esto con la finalidad de señalar que en el psicoanálisis las pulsiones tampoco salen del sintagma.
Primero, la meta de las técnicas psicoanalíticas es en términos descriptivos llenar las lagunas del recuerdo; y en términos dinámicos: vencer las resistencias de represión. El método es poner al descubierto las resistencias desconocidas para el paciente mediante el estudio de la superficie psíquica que el analizado presenta cada vez, y al tener dominadas las resistencias el paciente narrará con toda facilidad las situaciones y los nexos olvidados. Esto partiendo del supuesto que: la mayoría de las veces el olvido de impresiones, escenas, vivencias, se reduce a un bloqueo de ellas por parte del paciente, de esta manera al ir descubriendo las resistencias que ocasionan el “bloqueo” las impresiones serán recordadas. Al principio la técnica de Recordar, repetir y reelaborar se parece a la técnica hipnótica, donde por medio de la hipnosis se superan las resistencias y comienza el recuerdo, sin embargo, Freud especifica que el signo distintivo de la nueva técnica con relación a la anterior técnica de hipnosis es que: el analizado no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo actúa. Es en el comportamiento del paciente donde se reflejan los recuerdos y las represiones, de tal manera que: la superación del “bloqueo” es el recordar, pero esto es manifiesto en el repetir, es decir en el comportamiento que presenta el paciente en el transcurso de la cura. Evidentemente este comportamiento no se limita al consultorio, una vez que el paciente a comenzado a “actuar” (repetir) lo reprimido se hace presente en su vida diaria.

Ante la pregunta: ¿Qué repite o actúa el paciente, en verdad? Freud nos responde: “Repite todo cuanto desde las fuentes de su reprimido ya se ha abierto paso hasta su ser manifiesto: sus inhibiciones y actitudes inviables, sus rasgos patológicos de carácter. Y además, durante el tratamiento repite todos sus síntomas.” Ahora bien, en el método hipnótico el análisis se lleva acabo en un ambiente controlado casi como una prueba de laboratorio, mientras que en esta técnica más nueva se convoca un fragmento de la vida real, es por ello que puede resultar peligroso, ya que la patología del paciente se hace manifiesta durante el transcurso de la cura y puede traer consigo perjuicios para el paciente. Inclusive se recomienda que el paciente no tome ninguna decesión de importancia vital durante la cura, y que mejor espera el momento de la curación.

El principal recurso para domeñar la compulsión de repetición del paciente y transformarla en un motivo para recordar reside en la trasferencia. En esta última etapa de la cura lo que se busca es dar a todos los síntomas de la enfermedad un nuevo significado de trasferencia que consiste en sustituir su neurosis ordinaria por una neurosis de transferencia, esta construcción artificial tiene el objetivo de ser un reino intermedio entre la enfermedad y la vida. Esta enfermedad artificial permite acceder e intervenir al analista, tiene la cualidad de ser vivencial real-objetivo (pues hay un actuar/repetir), pero posibilitado por unas condiciones favorables, y posee una naturaleza provisional. Así, el significado de trasferencia funciona como la condición de trasferencia, donde a partir de esta construcción artificial las reacciones de repetición que se muestran en la transferencia llevan al despertar de los recuerdos, que una vez vencidas las resistencias, quienes habían bloqueado los recuerdos, llevan al despertar de los recuerdos. Ahora en conjunto medico-paciente se reelabora las resistencia, hay un proceso de resignificación que acontece en el tratamiento que revela a las mociones pulsionales que alimentaban a la resistencia.

La construcción de reelaboración es otorgar un nuevo significado; nunca se sobrepasa el plano de la representación, donde quedan contenidas en conceptos, todas las pulsiones. Así, la relación del paciente con sus propias pulsiones es lingüística y su tratamiento lo es también.

-Ramiro-

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