jueves, 3 de diciembre de 2009

Cassirer, símbolo e inspiración

Pérez Ramírez José Eduardo.

SEGUNDO POST

Cassirer. Símbolo e inspiración.


Ernst Cassirer fue un filósofo alemán sumergido en buena medida en el estudio de la filosofía de la cultura. Uno de sus grandes aportes en esta materia fue su obra “Filosofía de las formas simbólicas”.
En su Filosofía de las formas simbólica nos dice que la única realidad es la que registra la experiencia humana. Su estudio tiene indecencias en la epistemología y en la filosofía de la cultura.
Dentro de la teoría del conocimiento, las formas pasivas de la sensibilidad, a propósito de una base empirista, comprende Cassirer a éstas por los cinco sentidos. Las formas o estructuras que nos permiten informarnos acerca del mundo son simbólicas.
De esta manera la realidad se diversifica, es decir, el sujeto otorga significados y crea al mundo: se manifiesta una variedad de contenidos caóticos. El símbolo podemos decir, es la unión de dos contrarios, si bien Cassirer se refiere a la sensibilidad como una forma pasiva, dispensa, sin embargo, de éstas al conjugarlas con términos conceptuales. En esta forma de operar Cassirer intrinca lo empírico-conceptual, para espiritualizar la realidad. Así mismo, el símbolo de este filósofo no es fijo, sino móvil, cambiante.
Pese a la analogía que se le pueda hacer respecto a Hegel, para Cassirer no hay una relación término a término, es decir, isomorfica, entre la realidad y el orden simbólico. Él nos habla de un orden cultural, meramente espiritual, alejado de una visión donde la realidad sea la humanidad en términos de una correspondencia fuerte, y la experiencia sea la de un mundo que no es ajeno al humano.
A diferencia de esto, para Cassirer la única realidad que tenemos es la que registra la experiencia humana, que en este caso se da a través de las formas simbólicas y no implica conocer un mundo tal cual. Estamos restringidos con Cassirer al ámbito meramente humano.
Esta filosofía de las formas simbólicas no plantea una metafísica del conocimiento, plantea sin embargo, una fenomenología.
No se habla, así mismo, de una única referencia a un solo orden simbólico, por el contrario, el orden simbólico entraña una múltiple estructura. Las formas simbólicas abren una multiplicidad de mundos.
La filosofía de Ernst Cassirer se abre como sendero a través del cual se abre paso una antropología filosófica, el ser humano es un animal simbólico. Dentro de la competencia en la cual inscribiríamos a la filosofía de las formas simbólicas no podemos dejar la importancia del mito y el lenguaje, de la poesía: el generar mundos. Símbolo e inspiración.

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