sábado, 3 de octubre de 2009

Heidegger

Lenguaje en M. Heidegger


Es trabajo del poeta el arrebatar el pensamiento a los hombres, y elevarlos a la palabra con una aparente sencillez de letras. Dichas letras a su vez llenan el vacío que nos sucede en cada caso a los no-poetas, cada ocasión que pretendemos exteriorizar el pensamiento. Heidegger, en su búsqueda por poner en libertad el acontecimiento del ser, encuentra la posición del arte como fenómeno revelador del mundo. En especial, es el lenguaje con la poesía, además de una posibilidad de acontecer el ser, es también un modo en la manera que el ser ahí (Dasein) descubre el fenómeno mundo. Así pues, a través de una inicial contemplación a aquel fenómeno que articula el lenguaje, que es la obra de arte, en específico será en la literatura y el lenguaje poético, donde encontramos el parangón del lenguaje como “apofainestai”, pues el iluminar será primordialmente de-velador para el fenómeno de mundo y para el acontecimiento del ser.
Es decir, el lenguaje por un lado permite la interpretación del encontrarse y del comprender, por ello es un útil que permite la comunicación del ser-ahí hacia un mundo público, sin embargo, es necesario notar que el término de mundo en éste caso mienta al mundo circundante referido en la tercera definición óntica de mundo. Siendo así, el lenguaje puede despedazarse en palabras como cosas ante-los-ojos, es decir silla, mesa, estado, ciudad, país. Por ende el lenguaje es un modo que utiliza el ser-ahí en su cotidianidad para poder expresarse, comunicando y abriendo la posibilidad de interpretarse hacia el mundo público de “el uno” y del ser-con. Pero de esta manera se vislumbra el carácter existencial del lenguaje, es decir, que el lenguaje es ónticamente hablando un modo de comunicarse. Sin embargo, éste debe fundarse ontológicamente en algo más lejano, que defina tanto su estructura como su función y posibilidad en tanto existenciario. El lenguaje está fundado ontológicamente en el habla.
“El habla es lenguaje existenciario” (SuZ. ss34: p 180). Es decir, el habla es el fundamento ontológico-existenciario del lenguaje. Entonces, si existe una relación del lenguaje con los existenciarios fundamentales del estado de abierto del ser-ahí, debe fundamentarse dicha relación de igual modo en el habla. El comprenderse, en el proyectarse como posibilidad en el mundo en estado de yecto, y el encontrarse siempre en un estado de ánimo albergan la posibilidad de comprenderse en la interpretación, también es un existenciario fundamental. Esto se deriva de que si el comprender es siempre ya “articulado, incluso ya antes de la interpretación apropiadora” (SuZ ss.34:p.180), dicha comprensión debe ser articulada mediante un existenciario que a su vez ontológicamente comparta en el estado de abierto su pertenencia, a saber el habla. Es entonces que la comprensión, es decir el proyectarse y el interpretar, son “expresados” por el ser-ahí mediante el habla. De esa manera regresamos al estado de expresado del habla, que es el lenguaje. “En el habla del ser-ahí es hablante, éste da palabra y retira” (SuZ ss.34:p.180), es un hablar sobre, el habla no está constituida por palabras sino por un “sobre qué”, es decir por un decir algo de algo, las palabras serán un momento posterior del decir, lo expresado por el habla como ya se notó es el lenguaje. Por otra parte, al hablar le es inherente el oír y el callar, es decir que el silencio y la escucha, son parte fundamentales del habla, y “únicamente en estos fenómenos se hace del todo claro la función constitutiva del habla”, aquí podemos trazar la estructura fundamental del oír y el callar como dia-logos.



Fausto David Sandoval

Trabajo 1

1 comentario:

Black Bird dijo...

No he leído lo suficiente a Heidegger pero me resulta particularmente llamativo que parece ser que el lenguaje posee distintos momentos los cuales le brindan distintos valores ónticos, o al menos eso me parece dar la impresión. Desde el lenguaje que como dices sirve para señalar cosas, por otro lado se encuentra el lenguaje de la ciencia o del habla cotidiana pero donde se encuentra el carácter específicamente ontológico del lenguaje ¿es algo propio únicamente del habla o de la poesía?